En ciertos momentos de mi vida, entre la niñez e inicios de la edad adulta joven, cuando había situaciones que no resultaban de mi agrado lo manifestaba, aunque en algunos casos no me expresaba como esperaba, debido a que no tenía la madurez y el conocimiento suficiente para decirlo de otra forma, y como me funcionaba esta manera poco asertiva de reaccionar, no veía las razones para no seguir comunicándome así.
A los 16 años inicié mis estudios en Psicología y en la medida en que profundizaba en esta profesión, adquirí información y experiencia sobre el tema y ya no me sentía tan cómoda cuando mi comunicación no era asertiva porque veía el efecto que mis palabras podían ocasionar en mí y en los demás.
Con los conocimientos que iba adquiriendo y con el acompañamiento de una profesional en Psicología descubrí mejores maneras de comunicarme y tener la claridad suficiente de saber que la otra persona es tan importante como yo, que también siente, tiene sueños que la motivan y su propia manera de percibir las situaciones que vivencia… Al ser consciente de ello, he podido encontrar mejores maneras de actuar aún en situaciones en las que se están tomando acciones con las que no estoy de acuerdo.
Con el tiempo he aprendido más, me he ido formando, colocando en práctica lo aprendido y he estado acompañada de profesionales que me han aportado sus conocimientos y experiencias de vida, y esto me ha permitido encontrar razones para mejorar mi comunicación cada día.
Razones por las que decidí mejorar mi comunicación
Una de las razones por la que decidí mejorar mi forma de comunicarme con los demás, fue el hecho de saber que con mis palabras llegué a ofender a las personas que amo y aunque sentí una gran descarga emocional al expresar lo que sentía, no fueron las mejores acciones tomadas.
Es importante tener en cuenta que las emociones juegan un papel fundamental al momento de comunicarnos, sin embargo, hay que saber gestionarlas.
La segunda razón que me llevó a tomar mejores acciones al comunicarme, se debía a que no deseaba que personas importantes en mi vida se alejaran de mí y perdiera su contacto para siempre, ya que con el tiempo aprendí y aún lo sigo reafirmando que es relevante estar rodeada de seres queridos, quienes me acompañan en todos los momentos de mi vida y la mayor parte de las veces me impulsan a seguir en este maravilloso viaje que hemos emprendido en este mundo.
La tercera razón por la que mejoré mi forma de comunicarme fue reconocer que no había una solución como tal a la problemática que se estaba presentando en ese momento, solo había gritos, ofensas, discordia, entre otros, y aunque la situación se calmara, no era la mejor manera de terminar la discusión porque en otra ocasión cualquier tontería podía ser un disparador para vivir otro momento de tensión y conflicto.
La cuarta razón se debió a que terminaba agotada, enfadada, sin energía y pasaba un mal momento y después no podía concentrarme en lo que deseaba por estar pensando una y otra vez en la situación porque sentía culpa por la manera en la que había actuado.
Y la quita razón, y es una de las que considero más valiosa, es que esa persona que salía a defenderse, a gritar y a ofender a otros, no era yo, no era mi naturaleza. Cuando me di cuenta de mi verdadero ser, reconocí todos aquellos aspectos que lo mantenían tapado y uno de ellos era la manera en la que me estaba hablando a mí misma porque se estaba viendo reflejado en la forma en la que me estaba comunicando con los demás.
Hoy te puedo decir
Después de haber vivido muchas experiencias en mi vida y observar la vida de otras personas cercanas y no tanto, que la comunicación es primordial en nuestras vidas para alimentar nuestro amor propio, cultivar nuestro ser, tener buenas relaciones, mantener un buen clima laboral, evitar malentendidos, disminuir el estrés, tener una vida plena, estar saludable, entre otros.
No sé si algo de lo que te acabo de mencionar resuena en ti, pero lo que si te puedo afirmar es que mi vida ha cambiado notablemente desde que yo decidí trabajar en esa comunicación que mantenía conmigo constantemente y cuando aprendí a conquistar mi diálogo interior, dentro de los beneficios que encontré fue el aprender a tomar mejores decisiones, sobre todo a la hora de expresar lo que siento y pienso.
Me gustaría dejarte con esta frase reflexiva “Sé el buen comunicador que deseas ver en los demás”
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